Frente a otros tipos de sensores, los basados en fibra óptica aportan grandes beneficios: pueden miniaturizarse con facilidad a bajo coste, es un material seguro y resistente en el tiempo. Las distintas actividades desarrolladas a lo largo del proyecto están respaldadas por el Instituto de la Mediana y pequeña Industria valenciana (IMPIVA), en el seno del proyecto “SEFO” presentado al Programa I+D para Institutos Tecnológicos 2010 (IMIDIC/2010/112), a través de una subvención cofinanciada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Los sensores de fibra óptica se caracterizan por detectar alteraciones de la radiación que se producen en la propia fibra al aplicar estímulos externos como, por ejemplo, cambios de temperatura, presión, tensión, campos eléctricos o magnéticos, etc. La detección de estas alteraciones en la transmisión o reflexión (intensidad de la radiación guiada, fase, plano de polarización o frecuencia) es medible, y calibrándola adecuadamente da lugar a diferentes “sensores de fibra óptica”.

AIDO, dentro del proyecto SEFO, investiga las distintas aplicaciones industriales de este tipo de sensores basados en fibra óptica. En primer lugar ofrecen una ventaja fundamental: pueden miniaturizarse con facilidad a bajo coste, lo que resulta de extrema utilidad en lugares confinados o en pequeños volúmenes de muestra. Al reducido tamaño se añaden otras ventajas propias de la naturaleza de la fibra óptica. Este material permite su utilización segura en ambientes con riesgo de explosión, inflamable, en presencia de radiaciones ionizantes e incluso en células y tejido vivo. Además, el material de las fibras ópticas −generalmente sílice o vidrio−, no se corroe ni se deteriora y resiste la radiactividad, con lo que resultan más duraderos y robustos que sus competidores no ópticos.

La mayoría de los sensores de fibra óptica pueden ser multiplexados de manera que se puedan combinar para la detección simultánea de diferentes parámetros, empleando una única fuente de entrada. Además, también es posible la utilización de la propia fibra como sensor y de esta manera tener un sensor distribuido a lo largo de toda la fibra. Este último tipo de sensores ya son utilizados, por ejemplo, como sensores de temperatura lineales para la seguridad como la detección de incendios en túneles de carretera, de ferrocarriles o de servicio, así como en almacenes, hangares de aeropuertos, tanques de cubierta flotante o almacenes temporales con carga radioactiva.

Las distintas actividades desarrolladas a lo largo del proyecto están respaldadas por el Instituto de la Mediana y pequeña Industria valenciana (IMPIVA), en el seno del proyecto “SEFO” presentado al Programa I+D para Institutos Tecnológicos 2010 (IMIDIC/2010/112), a través de una subvención cofinanciada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). 

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