En un corto-medio plazo, podríamos disponer de un dispositivo asequible, que monitoree los indicadores de salud e incluso identifique trazas de biomarcadores indeseables.

Esta revolución tecnológica es un dispositivo desarrollado por investigadores en el Laboratorio de Sistemas BioNanoPhotonic (BIOS) de EPFL que consiste en un chip óptico ultra fino combinado con una cámara CMOS estándar, y dotado de análisis de imagen, que cuenta las biomoléculas individualmente en una muestra concreta y determina su ubicación.

Esta tecnología está basada en metasuperficies ópticas, un tipo de metamateriales que está siendo investigado con gran interés estos últimos años por su gran potencial en la miniaturización de múltiples dispositivos nanofotónicos. Consiste en una distribución de millones de elementos de tamaño nanométrico con una geometría y arrego espacial adecuado para producir efectos de resonancia óptica. A una cierta frecuencia, estos elementos son capaces de comprimir la luz en volúmenes extremadamente pequeños creando puntos de conexión ópticos, con los que realizar el sensado “single molecule”, con extraordinaria sensibilidad y selectividad en la medida.

Cuando se ilumina la metasuperficie, y una molécula entra en contacto con uno de estos puntos de medida, la molécula se detecta de inmediato, al modificar la longitud de onda de la luz transmitida. Por tanto, al combinar iluminación con diferentes fuentes de luz y análisis de imagen sobre el dispositivo, hace un conteo rápido de distintos biomarcadores de interés, simultáneamente. Con ello se pretende afrontar el reto de detección temprana, asequible y frecuente, necesaria en medicina personalizada.

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