El artículo en Nature Medical muestra cómo técnicas avanzadas de tratamiento de imagen acelerarán la introducción de tecnologías ópticas avanzadas en la práctica clínica, pese a su sofisticación técnica.

El volumen y la complejidad de las imágenes de diagnóstico aumentan a un ritmo más rápido que la disponibilidad de la experiencia humana para interpretarlo. La inteligencia artificial ha demostrado ser muy prometedora al clasificar fotografías bidimensionales de algunas enfermedades comunes y, por lo general, se basa en bases de datos de millones de imágenes anotadas.

En el artículo citado se demuestra el rendimiento al hacer una recomendación de derivación que alcanza o supera la de los expertos en una variedad de enfermedades de la retina que amenazan la vista después de entrenar solo en 14, 884 escaneos.

Además, también se refleja que las segmentaciones tisulares producidas por su arquitectura actúan como una representación independiente del dispositivo.

En el siguiente enlace puede encontrarse más información sobre el artículo: https://www.nature.com/articles/s41591-018-0107-6

41591_2018_107_Fig1_HTML[1]