Un estudio publicado en Science informa sobre cómo los investigadores del ICFO, con MIT y Univ. de Minho, son capaces de confinar y guiar la luz a un espacio de 1 átomo de grosor en dimensión.

Todos los dispositivos electrónicos de nuestra vida diaria (ordenadores, teléfonos inteligentes, etc.) están formados por miles de millones de transistores, que comenzaron siendo tan grande como 1 cm, pero gracias al avance de la tecnología, han alcanzado un tamaño asombroso de 14 nanómetros. Así mismo, también ha habido un avance en la reducicción de los dispositivos que controlan y guían la luz. La luz puede funcionar como un canal de comunicación ultrarrápido, por ejemplo, entre diferentes secciones de un chip de ordenador, pero también se puede usar para sensores ultrasensibles o nuevos láseres a nanoescala en chip.

Las nuevas técnicas han ido en aumento buscando formas de confinar la luz en espacios extremadamente pequeños. En un estudio reciente publicado en Science, los investigadores del ICFO han podido alcanzar el último nivel de confinamiento de la luz. Es decir, han sido capaces de confinar la luz a un espacio de un átomo de grosor en dimensión, el confinamiento más pequeño posible.

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