Investigadores del instituto Max Plank demuestran con éxito una fibra óptica que no necesita un núcleo constituido por vidrio de alto índice de refracción como las empleadas hasta ahora.
El truco está en su estructura de canales helicoidales, en lugar de rectos, que logran el guiado de la radiación en la dirección del eje de la hélice.

Las fibras de cristal fotónico (PCFs, inventadas en 1996) se basan en patrones periódicos de microtaladros tubulares de aire, fabricados en el interior de una fibra de vidrio. Estos microtaladros son paralelos al eje de la fibra y corren a lo largo de toda la longitud de la fibra, rodeando un núcleo (de vidrio o de aire) en el que se guía la radiación.

Investigadores del MPL Max Plank han demostrado que retorciendo esta estructura permite guiar la luz sin necesidad de tal núcleo. La idea, sorprendentemente, parte de cálculos que se basan en la teoría de relatividad general, y el cálculo de la distancia más corta entre puntos cuando el espacio en el que se desplaza está distorsionado.

La estructura del cristal fotónico altera la línea geodésica en el interior de la fibra, que se convierte en la helicoidal. El grado de acoplamiento de la luz en el cristal fotónico helicoidal es mayor cuanto menor sea el paso de la hélice (más «retorcida» esté la helicoide). Por tanto pueden fabricarse fibras con un grado de acoplamiento variable, que podría explotarse en sensores y otras aplicaciones.

Este tipo de fibra se está experimentando para generación de luz láser de muy amplio espectro, en rangos desde ultravioleta hasta MIR.